Cada uno hace las cosas a su manera. Al parecer el día de hoy la forma más popular de ganarse algo de dinero es montar un sitio y ganar dinero con Adsense y/o afiliación de Amazon.
La mayoría le da un enfoque equivocado a las redes
Muchos emprendedores siguen sin entender que las redes sociales no sirven para vender. Es un lugar donde las personas van para divertirse, no para gastar dinero. Como con todo en la vida existen excepciones. Sí, hay ciertos productos que pueden generar compras impulsivas. Pero aparte de dar en la clave con el producto también tienes que saber de campañas en este ámbito para sacar más de lo que inviertes. Muy pocos lo consiguen.
¿Entonces para qué sirven las redes sociales? Para hacer marca. Es complicado entender de forma natural el valor del branding. Lo definiría como un proceso de venta indirecta donde las compran surgen de forma natural porque es lo primero que se te viene a la cabeza cuando tienes una necesidad en el campo en el que se mueve la empresa.
Un ejemplo básico del valor de “hacer marca” en redes
Si te gustan los perros y sigues una página en Instagram de una tienda que en vez de querer venderte te aporta valor en forma de diversión y educación, empiezas a sentir esa fuente como más fiable que otras. El día que tengas una mascota propia y tienes que cubrir varias necesidades básicas hay una probabilidad bastante alta que vayas primero a esa tienda online que ya conoces de las redes sociales para analizar un poco más en detalle su oferta.
Eso todavía no significa que vayas a vender pero te ayuda sin duda tener la atención del usuario incluso antes de pasar por Google o Amazon. El proceso de venta y la decisión que la conlleva es un viaje muy personal y confuso para vender online (y offline). No sabemos a ciencia exacta lo que se requiere pero es claro lo que no funciona en redes. Es igual poco intuitivo ver que aportar valor en redes a través de contenidos graciosos, educativos, entretenidos, etc. a largo plazo es la estrategia ganadora aunque los resultados pueden llegar a tardar en llegar.